La vida puede dar muchas vueltas. Todos vivimos distintas situaciones, enfrentamos muchos obstáculos y nos levantamos de maneras diferentes. Pero hay una persona que siempre tendremos en común y ese es Dios. Sabemos que aunque pasemos por pruebas difíciles y estemos sintiendo que no podemos más, aún así estamos seguros que si volvemos a él, se convertirá en nuestra gran y única solución para vivir de una manera diferente.
Dios es tan grande y poderoso, misericordioso y nos ama tanto que, aún sin merecerlo, envió a su único hijo a morir por nosotros y limpiarnos de nuestros pecados. Si nos ponemos a pensar por un momento, quién de nosotros sería capaz de dar muerte a su hijo por alguien más, en nuestra mente humana no cabe un sacrificio tan grande, pero Dios si lo hizo, sabiendo que de ese hecho en la historia hasta el día de hoy aún hay muchas personas que le dan la espalda, dándole cero importancia a ese gran sacrificio.
Pregúntate hoy: Que tanto estarías dispuesto tu a sacrificar por él? Cuánto valoras ese sacrificio que hizo él por ti y por mi?
No le des la espalda a Dios, porque él nunca te la daría a ti. Habla de él con amor, con pasión y como si no existiera más nada en este mundo que él. Sigue predicando su palabra y muéstrale al mundo quien es el Rey de Reyes y Señor de Señores.
Dios te bendiga.
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